“Las aguas turbulentas de la vida mundana, nacen en la fuente de los deseos”
Suami Sivananda
Apúntate a la Meditación:
La hora ideal para Meditar es antes del amanecer y al atardecer. Cuando se respira una calma especial en el ambiente.
Quien medita regularmente desarrolla una personalidad magnética y dinámica. Aquellos que entran en contacto con él se ven influidos por su alegría, sus ojos lustrosos, su verbo poderoso, su cuerpo saludable y su energía inextinguible.
Cuando los rayos de la mente se reúnen y la mente se concentra se obtiene Ananda (Dicha) que surge desde el interior.
La meditación es el efluvio continuo de un solo pensamiento, semejante al flujo del aceite desde una vasija a otra. La meditación sigue a la concentración.
Suami Sivananda
La meditación requiere un tiempo y un lugar que es preciso utilizar regularmente en la tarea específica de descubrir ese pozo infinito de sabiduría que hay en nuestro interior.
Meditando regularmente, la mente se hace más y más clara, y los motivos más y más puros. El subconsciente libera conocimiento escondido que permite comprender las formas en que cada uno se ata a sí mismo con sus hábitos diarios. Al ampliarse nuestra conciencia, nuestra relación con el mundo que nos rodea va cambiando. Finalmente, las fuerzas superconscientes, o intuitivas, se liberan, dando lugar a una vida de sabiduría y paz.
Debemos entrenarnos despaciosa y gradualmente. La meditación no llega fácilmente. Los árboles crecen con lentitud. Hay que esperar la floración y la maduración del fruto antes de poder disfrutar de éste. La floración de la meditación es una paz inexpresable que impregna todo el ser. Su fruto es la dicha del estado de superconsciencia. Lograr este estado lleva tiempo, porque la mente es como un caballo salvaje que se resiste a todos los intentos de control. No es cuestión de un día o de años…No importa! El esfuerzo debe ser continuo. Iremos ganando terreno paso a paso, hasta que un día comenzaremos a sentir que tenemos posesiones “reales”, que nadie nos podrá quitar: la riqueza que ningún hombre nos podrá robar, la riqueza que nadie podrá destruir, la alegría que ningún dolor podrá jamás dañar.
La meditación es el único camino real para el logro de la libertad. Es una escalera misteriosa que lleva de la tierra al cielo, del error a la verdad, de la oscuridad a la luz, del dolor a la dicha, del desasosiego a la paz duradera, de la ignorancia al conocimiento, de la mortalidad a la inmortalidad.
Suami Sivananda